Seguro que en algún momento has oído hablar de la normalización Montessori de un niño en un ambiente Montessori. Es un termino que acuño la doctora María Montessori tras observar en los ambientes un comportamiento de transformación. Así pues, se produce cuando un niño tiene sus necesidades satisfechas y su maestro interior es respetado.
“La normalización es el estado más importante de nuestro trabajo”
María Montessori
Un niño normalizado es un ser humano social, con personalidad y un carácter único. Siente orden y paz interior, y está lejos de un estado de desviación.
¿Qué es la normalización Montessori?
Para María Montessori, el proceso de normalización Montessori se produce cuando el desarrollo se produce de manera normal y se caracteriza por satisfacer su interés espontáneo. Para que se produzca debe estar en un ambiente preparado y debe cambiar el rol del adulto. Por supuesto, es una cualidad que pertenece a todos los niños y a todas las niñas.
“Es el proceso por el cual el niño abandona todos los comportamientos negativos y adquiere comportamientos positivos de una manera espontánea y sin esfuerzo”
María Montessori.
Un niño que está normalizado es bondadoso, empático, paciente, alegre, confiado, siente satisfechos sus propósitos y lleva a cabo sus logros. Además, confía en sí mismo, se concentra y tiene la capacidad de elegir correctamente.
Cómo se produce la normalización
La normalización Montessori se produce de manera espontánea cuando el niño se siente satisfecho y elige libremente. Como hemos comentado, la figura del adulto y el ambiente preparado son fundamentales. Así pues, el adulto no debe entorpecer su trabajo, sólo guiar, y el ambiente debe tener materiales que estén a su altura, con los materiales necesarios a su desarrollo, para así satisfacer sus necesidades.
Para que esto se produzca es fundamental conocer el periodo sensible del niño, respetar sus tiempos de aprendizaje y sus planos de desarrollo.
El niño se tiene que sentir libre de escoger los materiales, no se puede forzar, tan sólo facilitar.
De esta manera, se consigue un niño que siente:
- Amor por su trabajo. Elige libremente en el orden de los materiales del ambiente para satisfacer sus intereses.
- Concentración. Cuando el niño trabaja en un ambiente adecuado y preparado, se concentra y absorbe toda la información. Ama el silencio.
- Autodisciplina. Gracias a la libre elección, a la concentración y al logro, viene la perseverancia.
- Sociabilidad. La espera, el impulso de ayudar, el respeto por el trabajo del otro, etc. Por lo tanto, se siente alegre.
“Amor al trabajo incluye la posibilidad de elegir libremente el trabajo, encontrar la serenidad y la alegría en el trabajo”
María Montessori
Si quieres saber un poco, tenemos otro post interesante sobre la normalización en la infancia.
normalizacion montessori