María Montessori, con su revolucionaria visión educativa, no se centró exclusivamente en la idea tradicional del juego en la infancia. En su lugar, introdujo el concepto de "trabajo", refiriéndose a la interacción activa y significativa del niño con su entorno. Para Montessori, era esencial que los niños interactuaran con su entorno de una manera que les permitiera desarrollarse plenamente.